He aquí un lugar un poco extraño, donde
Rocinante no puede con libertad ni sosiego andar, dado que criaturas villanas
hay por donde uno mire, con ruedas como pies, avanzando sin ton ni son por
estrechos caminos todos iguales que parecen dar a ningún fin.
Mas lo que más mi atención ha llamado, fue,
de la numerosa gente y en especial, una, el enemigo de la Fablada, Turion, y
que estoy seguro ándame asechando hace ya varios días de los que aquí me
hospedo.
Me pregunto qué hará Turión de la Fablada
en Buenos Aires y de ser efectivamente esto cierto ¿No se convertiría en Turión
de Buenos Aires?
Lleva, en una especie de cinta que le rodea
la cintura un objeto pequeño, de lo más misterioso y dudoso, que no por tonto
trae con cuidado .Viste una gorra, de las que en mi vida he visto jamás...esta
lleva una prolongación en el frente con una insignia brillante, podría
atreverme, de oro. Junto al traje, podría tratarse de un mago hechicero que se
disfraza como tal para engañarme y hacerme caer en ese juego vil, del que no
caeré y me prevengo.
Viene hacia mí, despierto a Rocinante de un
leve tirón y los dos vamos hacia el con la rapidez de un rayo que mata.
Mi espada no alcanza a lastimarlo y cuando
revivo estoy en situación aberrante, con las manos atadas con aros y encerrado
detrás de gruesas rejas.
Sharon 4°año
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